Tales de Mileto, - 624 a 546 a.C (uno de los siete sabios de la antigüedad): La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos.
En la antigua ciudad griega de Delfos, antes de que los atletas entraran al estadio para participar en los Juegos Píticos, se encontraba el templo sagrado de Apolo. Desde aproximadamente el año 600 a.C, en una de sus paredes, estaba escrita la siguiente frase: CONÓCETE A TI MISMO.
Ese enunciado es la base para el conocimiento humano. Naturalmente, el poder autoevaluarnos a nosotros mismos es extremadamente difícil, más aún cuando hay tantas distracciones y estímulos externos.
Recientemente completé la lectura de un libro titulado “The Philosophical Athlete” de la Dra. Heather L. Reid, Profesora de filosofía. Deseo compartir con ustedes parte de su contenido.
The Philosophical Athlete.
Explica la autora que, desde los tiempos de la Grecia Antigua, el deporte y la filosofía promovían la búsqueda de la excelencia personal (areté) esperando alcanzar la felicidad (eudaimonia). Para ellos la educación estaba dirigida a lograr una vida buena y feliz. Plantea la autora que en la actualidad continuamos con nuestros programas atléticos, pero hemos perdido la relación entre educación, excelencia y felicidad.
El esfuerzo principal en la antigüedad era crear un ser olímpico que cultivara virtudes tales como disciplina, fuerza de voluntad y conocimiento propio.
Es necesario que el atleta se oriente a los beneficios intrínsecos del deporte tales como su conocimiento propio, virtudes en la ética y aprender a trabajar con otros como un equipo.
Somos nuestro principal oponente. Nuestra meta principal para lograr la excelencia debe ser la excelencia personal y nuestra recompensa será la verdadera felicidad.
En nuestra sociedad, los atletas que terminan sus estudios y continúan realizando logros atléticos para su propio desarrollo personal, reciben la presión que se deriva de actitudes sociales que perciben el deporte recreacional como uno de naturaleza frívola, pérdida de tiempo y energía.
El propósito del libro es intentar explicar y establecer puentes entre los valores educacionales y la excelencia deportiva. Para poder desarrollar el provecho que ofrece el deporte a nuestra humanidad, debemos ir más allá de beneficios económicos o sociales, y aún más allá de la salud.
Tenemos cuatro áreas de aprendizaje:
- 1.Conócete a ti mismo.
- 2.Responsabilidad.
- 3.Respeto.
- 4.Ciudadanía.
El principio principal subraya que mientras más y mejor te conoces, podrás tomar mejores decisiones sobre tu vida.
CONÓCETE A TI MISMO:
Nos llega en aquellas encrucijadas cuando un atleta se encuentra solo y se confronta a una tarea específica reconociendo posibilidades reales de tener éxito o fracaso.
RESPONSABILIDAD:
El deporte ayuda a enseñarnos cómo nosotros podemos tener control de nuestras acciones y de nuestras actitudes.
RESPETO:
El respeto nos permite buscar la fuerza para resistir las presiones externas y continuar hacia lo que sabemos es correcto. Para eso también tenemos que tener respeto hacia los demás.
CIUDADANIA:
Debemos contestarnos cuál es nuestro objetivo dentro de nuestra comunidad, nuestra función en la sociedad. El conocimiento deportivo nuevamente nos ayuda a buscar esa contestación. A través de toda esa experiencia hemos aprendido a trabajar en conjunto, como equipo. La destreza que desarrollamos nos ofrece una plataforma que nos ayuda a participar en la sociedad y en nuestra comunidad.
Estadio de Delfos en la actualidad.
EL ATLETA
- 1.Valora la experiencia deportiva como una oportunidad para aprender y conocerse a sí mismo como persona.
- 2.Acepta responsabilidad por sus acciones, actitudes y su búsqueda de objetivos provechosos.
- 3.Le permite auto respetarse y respetar aquellos a nuestro alrededor. Ayuda a buscar los ideales del deporte.
- 4.Contribuye a entender los valores de la comunidad deportiva, a cómo desarrollarlos y conservarlos.
El deporte nos permite encontrarnos solos y libres con la responsabilidad que nos impone el evolucionar como atletas individuales. Nuestra tendencia en la vida es vernos como otros nos ven. Tomamos en consideración raza, género y estatus social. Esto nos crea una figura distorsionada de nosotros mismos. El deporte nos ayuda a aceptarnos como somos, mente y cuerpos juntos. Nos ofrece libertad. Tal parece que el deporte se creó como una diversión para olvidar los requerimientos y predisposiciones de la vida diaria. Nos extiende la libertad de escoger y nos ayuda a prepararnos para lo que queremos ser.
Para poder encontrarte a ti mismo, debes realizar una búsqueda dentro de tu ser, hacia afuera. Debes esforzarte por alcanzar tu identidad personal que será la fundación para tu experiencia social y ética. Nos ayuda el deporte a distinguirnos unos de otros y vernos como seres individuales.
El deporte nos enfrenta a la incertidumbre de los resultados y nos obliga a reconocer nuestras imperfecciones, nuestras limitaciones y explorar nuestro potencial. Estamos ante un desafío, situación en la que tenemos duda sobre nuestra habilidad para alcanzar nuestro objetivo. Tenemos temor, nerviosismo, ansiedad, pero nos sentimos fuertes en cuanto a nuestro deseo de tener éxito, completar nuestra tarea y a la vez intentar contestarnos “quién soy yo”.
El deseo es la fuerza que nos mueve para conocer, aprender y acrecentar nuestra inteligencia. Todo atleta tiene el afán de tener éxito y lograr la victoria.
Cuando ejecutamos ampliando las destrezas en nuestro deporte, lo que deseamos es conocernos a nosotros mismos. Debes descubrir qué puedo hacer en mi deporte. Creamos nuestras estadísticas, nuestras habilidades y vamos aprendiendo quienes realmente somos y así demostrar quienes somos.
En ocasiones, descubrimos que no alcanzamos nuestros objetivos. Esto quiere decir que tenemos que trabajar aún más para convertirnos en la persona que deseamos ser. Nuestras experiencias deportivas nos ayudan a descubrir la verdad y a contestarnos dónde realmente estamos en nuestro deporte. Nos enfrentamos con limitaciones y posibilidades.
El atleta se encuentra solo en su deporte. Su éxito o fracaso depende exclusivamente de él. Le permitirá intentar distinguirse de sus competidores.
Tenemos que combatir nuestra inclinación de aceptar lo que otros esperan de nosotros. Debes luchar contra eso para que puedas contestar quién eres. Busca tu propia individualidad. Tu eres la persona que puede tener éxito o fracaso. Debes de aceptar esa soledad y esa obligación para que puedas encontrarte a ti mismo.
Debes olvidar cómo los otros te definen ya que dedicarás mucho tiempo a construir y proyectar una persona como los otros te ven. Al liberarte de esa responsabilidad te podrás enfocar mucho mejor en lo que estás haciendo y en lo que tu deseas hacer.
Cuando dejamos de pensar en construirnos una imagen a base de lo que los otros piensan de ti, te dirigirás tú mismo y encontrarás tu propia definición. De esa manera alcanzarás tu propia subjetividad y dejarás de establecer metas relacionadas con lo que otros esperan de ti.
No es fácil definirte tú como persona dentro de la sociedad. Te tomará tiempo y experiencia.
Recreacion del Santuario de Delfos.
RESPONSABILIDAD
El atleta tiene el compromiso de conocerse así mismo a través de su experiencia en el deporte, alejado de las imprudencias de su cultura y su crecimiento. ¿Quién soy yo? Nos contestamos esa pregunta observando y evaluando nuestra experiencia en el deporte sin que fuerzas externas nos confundan.
Debemos también asegurarnos de que todo nuestro esfuerzo incluya el cuerpo y nuestra mente. Si solamente le damos importancia a nuestro desarrollo muscular, podrá llegar el momento en que nuestras otras distracciones nos alejen del deporte. Tienes que envolver tu intelecto en tu práctica deportiva. No debes convertirte en un espécimen de laboratorio.
Filósofos tales como Platón y Descartes le concedían prioridad a la mente sobre el cuerpo en la búsqueda de la excelencia. La mente te puede ayudar a producir mayor conocimiento, creatividad e independencia y el diseño de tu estrategia.
El genio se expresa a través del cuerpo y de la mente. El integrar cuerpo y mente te permitirá alcanzar una mayor libertad como persona y quién realmente eres.
Debes vivir la experiencia de la libertad a través del deporte ya que es uno de los deseos más fundamentales del ser humano. Recuerda siempre que estaremos inclinados a continuar practicando el deporte en nuestra comunidad ya que nos ofrece un paréntesis en nuestro diario vivir.
Se nos dice que las reglas del deporte se inclinan a crear un mundo ideal donde nos escapamos de nuestras realidades y nos esforzamos en la búsqueda de un buen resultado. El entrenamiento deportivo te prepara para encarar los momentos de indecisión en el deporte que practicas. Esa incertidumbre sobre resultados se crea deliberadamente por las reglas del deporte.
Tu meta debe ser liberarte de las presiones mentales que crea la competencia. Recuerda que esas presiones mentales se tienden a crear por ti mismo.
A través de la experiencia deportiva puedes alcanzar una mejor perspectiva y escapar de tus limitaciones sicológicas y sociales.
Como atleta se te juzga por lo que haces no por lo que eres socialmente. Cómo lo haces dependerá de ti.
Recuerda que tú libremente eres quien eliges tu deporte, decides practicar el mismo, entrenarte. Descansa sobre ti esa responsabilidad.
Si tú libremente elegiste tu deporte, también tienes la libertad de no continuar. Debes practicarlo bajo sus reglas. Si estas te permiten introducir alguna innovación que pueda alcanzar mejores resultados, también tienes la libertad de hacerlo.
La experiencia de practicar un deporte se caracteriza por el juego y la libertad de disfrutarlo. Pero esa libertad también conlleva compromiso de cómo podemos jugar, cómo jugamos y cómo interpretamos el juego.
No debemos olvidar que la responsabilidad nos impone la oportunidad de hacer lo mejor que podamos.
Lo que ocurre en una competencia en muchas ocasiones puede controlarse, en otras no. Sin embargo, tú tienes el control sobre tu reacción de lo que ocurre y eso te da una gran fuente de poder.
Recuerda, lo que escojas hacer, está acompañado de la responsabilidad que tu decisión conlleva.
Tú elegiste libremente participar en un deporte, en una competencia. Por consiguiente, recae sobre ti el compromiso de cómo te desempeñas.
Sobre ti recaerá la obligación de prepararte, de tener una actitud positiva y del nivel de ejecución o desempeño que alcanzarás.
Luego determinarás cuáles fueron tus logros, qué aprendiste de ellos, qué puede mejorar (qué he aprendido de mi comportamiento, qué soy, qué puedo alcanzar, qué limitaciones tengo, cómo puedo mejorar mis limitaciones, protegerlas durante la competencia).
Todo atleta debe estar consciente de sus imperfecciones, de la posibilidad del fracaso y de reconocer sus debilidades. El deporte nos enfrenta a la realidad de quienes somos. Aprende a aceptar el triunfo y la pérdida. Esta última te permitirá conocer e intentar corregir tus deficiencias. Tienes que buscar significado en todo lo que haces. ¿Es tu esfuerzo para satisfacer a tus padres o lo haces para encontrar el significado de tu vida?
Sitio Arqueológico del Santuario de Delfos.
CIUDADANIA
La experiencia en la práctica del deporte te vendrá de mucha utilidad en tu vida comunitaria. Es aquí donde entran los valores para ayudarte en tu crecimiento como persona. Excelencia, respeto, responsabilidad, juego limpio, entre otros; Te orientarán en transformación como deportista y como persona. No sacrifiques nunca tus valores para lograr la aprobación de quienes te rodean. No te sientas obligado por la presión de tus pares.
Los valores en el deporte no son distintos a los valores en la vida. Siempre debes orientarte a tu significado de lo que deseas lograr.
Los valores marcan el trayecto que le da sentido a nuestra vida y nos ayudan a planificar nuestra ruta. Debemos planear con cuidado siguiendo el objetivo cuidadosamente seleccionado como parte de un plan de vida coherente y significativo. Siempre debemos estar pendientes de nuestro futuro. Tú puedes escoger tu propósito en la vida. Podrás elegir, pero también serás el juez y jurado de tus actos. Tendrás que aceptar y responder por lo que hagas.
Tales de Mileto.
RESPETO
Todos estamos conscientes que en los deportes puede existir quienes tomen estimulantes para mejorar su rendimiento, hacer uso de la violencia e intentar ganar haciendo trampa. Para eso tenemos los valores y nuestro sentido de ética, para alejarnos de aquello que nos permita ganar con aprovechamientos ilegales. De esa manera presentamos nuestro respeto al deporte, a las reglas, y a nuestros compañeros.
¿Qué es más importante para ti, la excelencia atlética o la excelencia moral? Los antiguos griegos tenían la palabra “areté” que representaba la excelencia moral, atlética y humana. Fusionaba cuerpo, mente y espíritu. Si ganas un evento siguiendo los valores morales te le dará valor al triunfo.
La virtud se aprende a través de la educación y la práctica. Platón concebía la virtud como la salud del alma. Entendía que tres fuerzas guían al ser humano: la del espíritu y el honor, la del placer y la del elemento racional o del conocimiento. Quiere eso decir que tu pensamiento determina tu objetivo correcto, tu corazón te da el deseo y tu fuerza de voluntad la fortaleza. Los atletas siempre están orientados en su objetivo, motivados y disciplinados. Saben lo que desean. Tienen el corazón para lograrlo y la disciplina para evadir la tentación. Así logran la excelencia.
Debes determinar en qué lugar está el deporte dentro de tus otras áreas de importancia tales como tu educación, tu carrera, tu familia, tu comunidad. Debes contestarte que tu deseas alcanzar en la vida que te produzca satisfacción y felicidad.
Tenemos que tener motivación, y lo reconocemos como “corazón”. Te dará el estímulo para lograr tus objetivos.
Nuestra fuerza de voluntad proviene de nuestra claridad de propósito. Aclara siempre cuáles son tus objetivos.
Ya que la disciplina y la motivación dependen del respeto propio, como atleta debes independizarte de lo que otros esperen de ti, al establecer tus objetivos. Siempre pesa no solamente el triunfo sino lo que tú piensas al alcanzarlo.
La paciencia, planificación y esfuerzo que requiere el triunfo atlético debe aplicarse a tu vida como persona. No sacrifiques tu futuro por lo que puedas alcanzar a corto plazo.
Si tu fuerza de voluntad se deja llevar por tu mente y tu corazón, esto será suficiente para derivar placer al hacer lo que es correcto.
El deporte no desarrolla tu carácter. Esa es tu responsabilidad. Lo logras siguiendo tu mente y tu espíritu a través de tu entrenamiento y tu práctica.
Cuando decimos que un atleta tiene fuerza de voluntad, ello significa que armoniza su espíritu, que su corazón está dispuesto a seguir sus pensamientos racionales.
El deporte te ayuda a darle forma a tu vida, tu carácter, tu moral. Úsalo para mejorarte para encontrar tu propósito de vida.
Debes ordenar adecuadamente tu espíritu, orientarte hacia objetivos válidos, motivarte para perseguir esos objetivos, y tener la disciplina para alcanzarlos, aplicando tus valores éticos dentro de la práctica del deporte, podrás luego evolucionar adecuadamente en todas las áreas de tu vida.
El deporte te ofrece tantas oportunidades para descubrirte, para encontrar tu libertad, para desarrollar tu potencial como persona.
Siempre debes demostrar respeto hacia los demás. Recuerda la Regla de Oro:
“No hagas a otros lo que no te gustaría te hicieran a ti”.
La ética del deber se construye sobre una base de respeto siguiendo la Regla de Oro, valorando tu relación con las otras personas y entendiendo el propósito de la actividad en la que te envuelves y lo que se espera de ti.
La forma en que tratas a otro demuestra la clase de atleta y persona que eres. Tu oponente es parte de tu deporte, es el que te reta para que mejores, es tu amigo. Es por ello que antes y después de las competencias deportivas, los oponentes se dan la mano. Al practicar el deporte reconocemos nuestras imperfecciones para intentar corregirlas y lograr la excelencia. Un amigo verdadero nos reta a que lo hagamos mejor. Esa es la marca de un buen competidor.
El filósofo deportivo Robert Simon define “competencia”, como la búsqueda mutua de la excelencia.
El filósofo deportivo R. Scott Kretchmar explica que al entrar en una competencia el objetivo es que todos los competidores mejoren. Con demostrar fuerza y habilidad contra tu competidor, le muestras respeto a éste.
Uno de los beneficios del deporte es la oportunidad que te ofrece para trabajar con otros como un equipo, para alcanzar el objetivo juntos, para fracasar juntos, y para experimentar la tensión humana entre los individuos y la comunidad. Puedes convertirte en una mejor persona cuando te asocias dentro de un grupo. Los grandes jugadores alcanzan sus mejores actuaciones cuando hay armonía entre los compañeros de equipo. Ellos tienen la habilidad para hacer que otros mejoren. Un buen participante en un equipo debe inspirar a sus compañeros a mejorar su juego.
Nuestra formación como atletas y seres humanos nunca debe sacrificarse para acomodar los intereses de terceros.
Respeto al deporte significa honrar sus costumbres y tradiciones y asumir la responsabilidad o cambios que puedan hacerse. Requiere el entender y apreciar las reglas del deporte y su cultura.
Respeto a uno mismo descansa en un entendimiento claro de tus objetivos personales. Respeto a otro representa la deferencia que debes a todos los seres humanos y a tu al deporte
Cuando nos encontramos en una comunidad deportiva, aprendemos a trabajar con otros, a seguir las reglas y a esforzarnos para el bien común.
La libertad en el deporte es necesaria para conservar el espíritu del juego, te permite entender la responsabilidad personal que puedes alcanzar a través del deporte, te ayuda a cuestionarte las dificultades y problemas que puedas tener cuando lo practicas para resolverlas intelectual y físicamente, ayuda a introducir nuevas técnicas en el deporte, todo ello dentro de las reglas de éste y siguiendo los valores alcanzados.
Es el atleta el que establece los niveles de excelencia en el deporte y es por ello que debe contribuir a conservarlos. Si no lo haces, puedes contribuir a destruirlo. Debes tener una idea clara hacia dónde deseas moverte en tu vida, entonces toma la iniciativa y dirígete hacia ello.